Año nuevo en Tokio

Feliz año nuevo!
Durante estos días se escucha por todo el mundo el mismo tipo de conversaciones y felicitaciones de año nuevo. En los últimos años he cambiado las uvas por los fideos toshikoshi soba. Permitidme que os cuente cómo se vive el año nuevo al otro lado del mundo, en la gran metropoli de Tokio.

Toshikoshi soba
Mientras en España algunos siguen atragantados con las uvas a medianoche, en Japón, uno de los platos tradicionales es tomar un bol de fideos, llamados Toshikoshi Soba. Hay que tomarse el bol antes de medianoche, y su signifado reside en qué tomarse un bol de fideos soba antes de terminar el año, nos servirá para tener una larga y próspera vida, al igual que los fideos son largos. Hay otros platos tradicionales como osechi y los pastelitos mochi, pero es muy curioso ver como los más supersticiosos se ponen de los nervios si no encuentran un bol de fideos soba antes de medianoche. Aunque hubiera cenado antes, mi novia me obligó a comer el bol entero de soba antes de celebrar el countdown de fin de año.

El countdown
Al igual que en muchos otros países, se celebra la cuenta atrás en lugares emblemáticos de sus ciudades. En Tokio, la cantidad de actos y lugares a los que ir es abrumador, desde el famoso cruce de Shibuya hasta la torre Tokyo Sky Tree. En nuestro caso, asistir al concierto de fin de año de la artista Ayumi Hamasaki, considerada la reina del pop en Japón, y que lleva más de 15 años realizando dicho concierto, ya una tradición más de la ciudad, en el Yoyogi National Stadium. 3! 2! 1! Happy New Year!

Feliz año nuevo
La única noche del año que en Tokio fuciona el transporte público toda la noche. El colapso de gente tras el concierto provoca que desde la puerta misma del estadio nos metamos en la cola para entrar a la estación, a casi 500 metros de distancia. Gente por todas partes, y ya desde medianoche, la cola para entrar al templo Meiji Jingu anuncian por megafonía es de más de tres horas. El frío nos hace cambiar de idea y ponemos rumbo a un karaoke. Los precios de hotel en fin de año son desorbitados, y el transporte público, a tope. El karaoke fue nuestra salvación. Otra tradición en Japón con grupos de amigos, en pareja, e incluso solos. Desafinar y hacer el gallo hasta que el cuerpo aguante mientras fluye el alcohol. Nos quedamos dormidos en la recepción del karaoke, esperando que nos dieran una sala privada. Una vez dentro de la habitación, entonamos un par de canciones de Ayumi Hamasaki, e intentamos descansar un par de horas pasadas las cinco de la mañana.

Hatsumode
El evento estrella para empezar el año. Visitar un templo sintoísta para pedirles a los dioses nuestros deseos y esperanzas para el nuevo año que nos espera. Fuimos a Meiji Jingu para hacer nuestras plegarias, renovar e intercambiarnos los o’mamori. Amuletos para que nos protejan durante todo un año. Como siempre estoy viajando, ella me regaló un o’mamori para tener un viaje seguro. No puedo discutir su eficacia, puesto que desde que me regala el amuleto, no he tenido ningún accidente. En Meiji Jingu tomamos unas tazas de Amazake, una bebida hecha con arroz, dulce y bien calentita para romper el frío. Hay tantos stands de comida que nunca nos decidimos qué comer y terminamos por probarlo casi todo. El cansancio acumulado desde la noche anterior empieza a pasar factura a nuestros cuerpos.

Relajados en un onsen
Nuestro último destino para cumplir todas las tradiciones (en pareja) de año nuevo en Japón. Un baño en aguas termales. En Tokio, el lugar más popular es Oedo Onsen Monogatari, en la isla artificial de Odaiba. En recepción, pedimos el pack especial para parejas de año nuevo. Al entrar, nos cambiamos en cómodos Yukata para pasearnos por el recinto, un parque temático ambientado en el antiguo Edo. Reservamos hora para que nos den un masaje, y nos metemos en los baños termales (separados) mientras esperamos que llegue la hora del masaje. Tanto relax nos abrió el apétito de nuevo, y al ser año nuevo, no se repara en gastos. Pedimos una barca de sashimi como colofón de año nuevo. Contentos por haber completado otro año nuevo, volvimos a casa para dormir.

Si sois de los que estáis hartos de atragantaros con las uvas, o simplemente queréis probar celebrar en otro país el fin de año, espero que esta pequeña historia os haya gustado y dado alguna idea. Feliz año nuevo 2017!