El día de Sant Jordi es muy especial para todos los catalanes, y especialmente para aquellos que vivimos en Barcelona. Las calles se llenan de rosas de todos los colores, los balcones se visten con sus mejores galas, los escritores acuden a firmar sus libros ante centenares de personas que aguardan ansiosos su firma y, sobre todo, las calles se inundan de gente que viene y va.
En BcnTb somos muchos los que disfrutamos de este día de forma especial, aunque la verdadera magia de Sant Jordi es que se ha convertido en una festividad global que todos interpretamos, sentimos y vivimos de una manera distinta. Con esa premisa, desde la asociación tuvimos la iniciativa de realizar un pequeño vídeo en el que algunos de nuestros viajeros explicaban lo que significa para ellos Sant Jordi.
Hoy, un día después de todo el ajetreo que supone la festividad, y todavía con algo de pena y nostalgia por pensar que hasta dentro de 364 días no volverá a ser Sant Jordi, queremos compartir el vídeo que difundimos ayer en nuestras redes sociales.
El día después cuesta, ya que la rutina vuelve poco a poco a la ciudad. Ahora simplemente toca esperar para volver a disfrutar del que muchos barceloneses consideran el día más especial del año. Así os lo hemos tratado de transmitir en nuestro vídeo, y esperamos que cada uno de vosotros nos explique también su forma de entender la festividad ahora que ya han pasado 24 horas de todo lo bueno que se vivió ayer.
¡Qué viva Sant Jordi!
La Diada de Sant Jordi d’aquest any la vaig viure envoltada dels meus nets. Els hi explico que: a Catalunya la festa salta al carrer i dansa entre les parades de llibres i roses tant si plou com si fa bon temps. Això no té res d’estrany – els hi dic- perquè als cavallers com sant Jordi, el que en el fons els agrada no són els combats i les aventures, sinó l’alegria.
Per això quan sant Jordi va acabar la dura tasca de lliurar la princesa de les urpes del drac, va organitzar un festival dels grans. Les cròniques no parlen d’això, però estic segura que sant Jordi es va treure l’armadura i es va afartar de ballar. Sobretot amb la princesa perquè era bonica i molt simpàtica.
No fa falta que les llegendes siguin certes, tan sols fa falta que siguin boniques. Salutacions viatgeres !!