Resumen del blogtrip a Granada
En mayo de 2016 la bcnTB fue invitada a asistir a un blogtrip a Granada con dos objetivos: el primero, conocer las maravillas de esta provincia andaluza. Y el segundo, juntarse junto a las otras cuatro asociaciones de blogueros de viaje (TB) en un foro de discusión y debate. En representación de la asociación asistió al blogtrip la socia Beatriz Lizana, que nos cuenta su experiencia en formato entrevista:
Sólo había una plaza para todos los socios y tú te presentaste a ella. ¿Qué esperabas de este viaje si tú ya habías vivido allí?
Volver a Granada, escribir sobre la ciudad y su gente, fotografiar todo eso… se me presentaba como un reto. Me desplacé mil kilómetros para visitar una provincia que casi me vio crecer. Viví allí durante seis años, en mi época de estudiante universitaria, por lo que podrás entender que yo a esta provincia ya le tenía un cariño inmenso. Creo que, como viajeros, lo más difícil es contar lo nuestro. Es una responsabilidad, la exigencia para contar la historia de algo que en teoría ya conoces creo que es mayor.
¿De verdad que la conocías bien?
Rotundamente no. Por regla general, nos gusta conocer lo ajeno y lejano. Durante la época que viví allí estaba más interesada en salir fuera que en recorrer Andalucía. De todas formas, los viajes siempre son diferentes aunque vuelvas al mismo lugar. Varía la gente con la que vas, el motivo por el que te mueves, la época del año (el clima).
¿Qué destacas de este blogtrip?
Ya sabes que yo siempre me fijo mucho en la gente, tengo que decir que el grupo empastó bastante bien, me sentí muy cómoda con todos mis compañeros. He hecho buenos amigos. Dejando la parte humana de lado, me gustó la organización del blogtrip. A pesar de que había muchísimas actividades programadas, el responsable del grupo supo amoldarse a nuestro ritmo. La sensación es que desde el Patronato de Turismo de Granada se quería que disfrutáramos del viaje y no explotarnos en extremo, que es lo que suele pasar en este tipo de viajes.
¿Y de las actividades?
Hubo mucha variedad y no podría elegir sólo una porque pudimos hacer muchas cosas. La ventaja de hacer turismo en esta zona de España es que hay opciones muy diversas, hay playa, hay montaña (¡y nieve en invierno!), hay deporte…
- Almazara de Paulenca: estuvimos en una antigua fábrica de aceite reconvertida en alojamiento rural, con piscina y shows de flamenco en directo. Perfecta para combinar una estancia de relax a la vez que se conocen las costumbres y tradiciones locales. Además, los dueños son encantadores y cantaores (de flamenco).
- Senderismo por la zona del Balneario de Alicún: esta zona es mágica. No se trata sólo de sus aguas medicinales sino del emplazamiento, de la existencia de monumentos megalíticos del Neolítico, de las historias que se escapan a lo evidente que allí nos contaron… Además, se da la circunstancia de que esta zona es de las pocas que quedan sin nada de contaminación lumínica, perfecta para hacer astroturismo con un telescopio gigantesco pero portátil (también tuvimos un guía que nos descifró una pequeña fracción del cosmos).
- Vuelo en globo con Gloventosur: nos tuvimos que levantar muy temprano porque sólo se puede volar al amanecer o al atardecer por cuestiones climatológicas. De hecho, apenas dormimos pero mereció muchísimo la pena el madrugón. No te das cuenta cuándo la cesta se despega del suelo y la sensación de volar, sintiendo el aire y escuchando el silencio, es indescriptible.
- Ruta en 4×4 con Garnatatour: ¡nos dejaron conducir durante una hora a cada blogger! Estos coches se conducen de forma diferente a un utilitario y yo nunca había cogido uno así que tenía mi recelo. No pude negarme y reconozco que, pasados los primeros cinco minutos, disfruté muchísimo. Fue una ruta de tres horas en las que vimos paisajes muy diferentes entre sí, pasamos por una zona que parecía una selva (con pequeño riachuelo incluido sobre el que íbamos conduciendo), hicimos una parte más técnica y complicada, con piedras grandes y pendientes que sortear y una tercera más suave de paisaje desértico. Entre otras cosas vimos el desierto de Gorafe, donde se encuentra una de las mayores concentraciones de construcciones funerarias de la edad de bronce (con unos 240 dólmenes).
- Ruta teatralizada por la ciudad de Granada: Aunque conozcas un sitio como la palma de tu mano, hacer una ruta de estas características es original, divertida y muy instructiva. En nuestro caso, un guía oficial nos iba contando la historia de la ciudad y de la Alhambra mientras paseábamos por sus jardines, a la vez que el “mismísimo” Federico García Lorca nos recitaba sus versos. Una experiencia diferente a lo habitual y muy entretenida.
- Fiesta nocturna en la Sala Aliatar Café, en Granada capital: pues qué puedo decir de esto… fui estudiante en Granada en una época en que la proporción de estudiantes era cerca del 25% sobre la población total. Conozco (¿o conocía?) la noche granadina y volver a pisar una discoteca fue nostálgico para mí aunque no lo niego, nos lo pasamos en grande porque además los dos DJs eran un integrante y un organizador del blogtrip.
- Barranquismo por Río Verde con Saltaríos: Para quien no lo sepa, hacer barranquismo consiste exactamente en meterse en un río con un neopreno, zapatillas viejas y casco para ir por su corriente e ir saltando piedras a diferentes alturas. Si te gusta el deporte y necesitas subidones de adrenalina de cuando en cuando, esta actividad es muy recomendable. Eso sí, recomiendo ir siempre con guía pues es una actividad para hacer con todas las medidas de seguridad correspondientes, tiene su peligro.
- Visita a Almuñécar: vimos toda su costa desde un barco, un paseo muy relajante por el mar. Durante todo el viaje estuvimos comiendo de lujo pero tengo que destacar la gastronomía de esta zona en concreto. Aquí el clima es tropical y hay muchos cultivos exclusivos de chirimoyas (España es el mayor exportador de esta fruta típica del trópico, ¿lo sabías?) Nos llevaron a un chiringuito de la playa para tomar un tentempié lleno de frutas “exóticas” pero cultivadas en Granada y luego fuimos a otro a comer espetos de sardinas y otros pescados. Ay dios, es que me acuerdo y se me hace la boca agua…
- Visita a las Alpujarras con Nevadensis: la mayoría de los pueblos blancos de esta sierra se encuentran en la provincia de Granada, que también llega hasta Almería. Conocimos Soportújar (¡el pueblo de las brujas!), Pampaneira y su fábrica de chocolate, Capileira, donde seguimos disfrutando de la gastronomía típica de la zona (¿os suena eso del “plato alpujarreño”?) y lo más surrealista de todo el día, que fue disfrutar de una pata de jamón entera para nosotros cerca del famoso templo budista, en la cima de la montaña, mientras disfrutábamos del atardecer. Sin duda, los del #GRXperience saben muy bien cómo tratar a los bloggers.
¿Qué conclusiones sacaste sobre la jornada de marketing?
Aunque la aportación de cada representante de la asociación fue algo improvisada, fue en encuentro sin duda muy enriquecedor. Se habló del trabajo interno de cada una y de las sinergias que se pueden crear si todas colaborasen entre sí. De todo esto redacté un documento interno al que los propios socios interesados pueden acceder aquí. A nivel público, es reseñable la duda que plantearon varios empresarios que se encontraban en la sala, pues temen que las asociaciones actúen como lobby y quitemos mercado a las agencias. Desde el punto de vista de la bcnTB, aclaramos que nosotros somos un foro de encuentro y discusión, que en cualquier caso sólo hacemos de enlace para facilitar colaboraciones entre los blogueros y las empresas.
Todo lo que hablas son bondades, ¿no hubo nada negativo?
Bueno, si me lo preguntas… estuve subida en una tabla de paddle surf, sola, en medio del mar (¡tan lejos de la orilla!) y sin saber cómo avanzar con aquello. No había nadie para explicarme cómo era la técnica y la única instrucción que me había dado un supuesto monitor que se quedó en tierra era llegar a donde estaban el resto de mis compañeros, a media hora de mi paddle surf tan chusco y sin posibilidad de salir a la orilla a ubicarme. O me enfadaba y no paraba de darle a los remos, o me entraba pánico de pensar que estaba sola en el medio del mar. Me hice las rodillas polvo (no logré ponerme de pie) pero conseguí llegar donde los otros. Un segundo monitor quiso enseñarme la técnica… que aprendí en cinco minutos, pero media hora más tarde. Moraleja: las malas experiencias no son especialmente reseñables si son debidas a un mal día de un empleado. Al final me gustó la experiencia, así que sí volvería a hacer paddle surf en Granada.
Author: Beatriz Lizana
Website: http://www.xperimentando.com
Muy interesante el artículo! Gracias por compartirlo :):)