Turismo responsable: en el horizonte de todo viajero

Hoy nos vamos a alejar un poco de la eterna discusión sobre si somos viajeros o turistas. Viajar (o turistear) implica desplazarnos a lugares más o menos alejados de nuestro entorno. Da igual que lo hagamos con mochila o con maleta, por nuestra cuenta o con agencias de viajes más o menos alternativas, a lugares que va mucha gente o a lugares remotos en los que no nos encontramos a nadie más que a nosotros mismos. Viajemos como viajemos, nuestro paso tiene un impacto sobre el lugar, sobre la comunidad que lo habita y sobre la vida en general de la zona (vegetal o animal). Por ello, es importante que nos planteemos siempre si somos responsables a la hora de descubrir mundo.

Cualquiera de los actos que realizamos en nuestra vida tiene unas consecuencias y viajar no está exento de ellas. Cuando hablamos de viajar de forma responsable nos referimos a intentar minimizar nuestro impacto en las zonas que visitamos y en todo caso intentar que nuestro impacto sea positivo en la medida de lo posible.

Muchos de los países exóticos a los que viajamos son países en vías de desarrollo. En estos países, el turismo puede convertirse en uno de los motores económicos para las comunidades siempre y cuando los beneficios vayan a la comunidad en general y no a enriquecer a unos pocos. Para ello se requiere también la implicación de empresas locales y administraciones públicas, algo que no siempre es sencillo en países en vías de desarrollo.

La puesta de sol africana es una imagen icónica, pero cuando llegamos a estos países tenemos que detenernos en el camino y hacer una pequeña reflexión sobre el impacto que podemos tener al estar allí
La puesta de sol africana es una imagen icónica, pero cuando llegamos a estos países tenemos que detenernos en el camino y hacer una pequeña reflexión sobre el impacto que podemos tener al estar allí

Dentro del turismo responsable posiblemente podemos englobar lo que conocemos como turismo justo (que busca el reparto justo del beneficio en las comunidades locales, administraciones y empresas). También el turismo contra la pobreza, que favorece proyectos de turismo en zonas con el objetivo de reducir la pobreza. El turismo sostenible, respetuoso con el medio ambiente. El turismo solidario en el que el viajero realiza una contribución específica en proyectos de cooperación

Viajar de forma responsable no tiene por qué ser aburrido, sino todo lo contrario.

¿Nos ponemos a revisar si lo somos?

Posiblemente la mayoría de los viajeros y turistas en algún momento han participado de prácticas que no encajan en lo que denominamos turismo responsable. Es cierto que el interés en el impacto del turismo sobre las zonas visitadas es algo en lo que durante muchos años se ha pensado poco. Incluso algunas prácticas habituales que uno podría pensar que incluso son buenas obras, pueden en realidad tener un impacto negativo que debemos analizar.

Recomendaciones médicas

Uno de los puntos a considerar antes de un viaje es seguir las recomendaciones médicas. Puede resultar algo extraño ver este apartado en esta posición y cuando hablamos de turismo responsable, pero hay que tener en cuenta que no es solo el riesgo de que nosotros podamos padecer una enfermedad concreta en el país de destino. También existe la posibilidad de que nosotros contaminemos una población local no vacunada (también que importemos una enfermedad al regresar a casa, claro está). Un ejemplo de ello es la fiebre amarilla. La enfermedad se puede propagar fácilmente si en el país hay especies de mosquitos capaces de transmitirla, condiciones climáticas específicas y el reservorio animal necesario para mantenerla.

Potenciación del comercio local

Las compras son otro punto en el que podemos tener un impacto positivo. Es conveniente elegir bien qué compramos y a qué precio. Cuando hablamos de turismo responsable buscamos un impacto económico sobre la comunidad local que nos acoge. Comprando en comercios del lugar, gestionados por locales y productos producidos en la zona, beneficiamos a la comunidad que nos abre sus puertas para que nosotros disfrutemos del placer de viajar. Intenta huir de las compras en supermercados y grandes superficies (si es que las hay) y ve al mercado a buscar alimentos. Además, los mercados son lugar magnífico para la interacción con la población local, conocer todo tipo de productos curiosos y una mina para aquellos a los que nos gusta la fotografía.

Mujeres en un mercado en Beníin

Fotografía

Con la fotografía entramos en un terreno que puede ser complicado en algunos viajes. Cuando viajamos la cantidad de situaciones que parece que piden una foto es inmensa. Todos queremos llevarnos recuerdos magníficos de nuestros viajes, pero conviene entender que hay situaciones en las que no podremos tomar imágenes. Nos podemos encontrar con negativas a tomar fotos en actos religiosos y celebraciones, momentos de intimidad e incluso retratos.

Algunos viajeros parece que están haciendo un safari fotográfico con la población local. Hay que recordar que detrás de esa imagen tan deseada, hay unas personas que tienen todo el derecho del mundo a decidir sobre si quieren o no quieren que se tomen imágenes de ellas y de su vida. Siempre hay que solicitar el permiso para hacer una fotografía a una persona. Muchas veces una leve mirada con una sonrisa y mostrar la cámara será suficiente para que la persona interesada nos dé su consentimiento o no nos lo dé. Y su lenguaje no verbal nos dejará claro si podemos hacerla o no. En caso de negativa hay que respetarla. No pasa nada, ya tomaremos otros miles de fotos en otro lugar y no es necesario perturbar a nadie por una imagen.

Los mejores retratos salen después de una interacción con la persona

Cuando nos movemos entre población local, las pequeñas interacciones permiten en muchas situaciones que nos den su permiso para tomar fotos. Si hablamos un rato (aunque sea con gestos) con alguien en un mercado, es mucho más probable que nos permita tomar esa imagen. Además, tendremos una historia sobre esa imagen y el momento que vivimos que hará que sea mucho más bonito el recuerdo (y la fotografía en muchas ocasiones también). No olvidemos que hay gente que se ha visto muy poquitas veces en una imagen, por lo que enseñar la imagen en la pantalla después de tomarla es una gran idea. Las risas que se generan al verse (tanto la propia persona como otros que puedan estar cerca) pueden ser parte de ese impacto positivo del que hablábamos al principio y seguro que se crea un momento que recordaremos mucho más.

Festividades y celebraciones

En las festividades y celebraciones, es bueno conseguir que algún local nos dé ciertos consejos sobre la forma en la que podemos observar estas tradiciones desde el respeto y evitar caer en comportamientos que pueden resultar tremendamente ofensivos. Hay que entender que algo que para nosotros puede ser muy natural o incluso respetuoso, puede convertirse en una falta de respeto en la otra punta del mundo. Y por supuesto, solicitar permiso para hacer fotografías siempre y respetar las condiciones que nos marquen los locales.

Bailes en una fiesta tradicional animista en Benín
Bailes en una fiesta tradicional animista en Benín

En países en desarrollo muchas veces nos encontramos con la impactante imagen de encontrar basura en muchos lugares. La mayoría de ellos no tienen un servicio de recogida de basura. Por ejemplo, en los poblados africanos, los desechos que se generaban eran básicamente restos de vegetales y animales procedentes de la preparación de comida o de la fabricación de artesanía totalmente biodegradables. Éstos terminaban en el suelo y la naturaleza hacía el resto. Ocurría incluso con las casas, hechas de adobe y tejados de paja. Cuando una casa quedaba deshabitada, en 10 años había desaparecido integrada en el ambiente.

El medio ambiente

La irrupción del plástico, junto con la falta de educación medioambiental, ha hecho que los acúmulos de desechos sobre todo plásticos sean algo que nos llama mucho la atención. Algunos países han empezado a prohibir las bolsas de plástico ya que el problema está totalmente fuera de control. En nuestro paso por estos lugares, a pesar de ver que todo está lleno de plástico, debemos intentar por un lado no fomentar el consumo de este (por ejemplo, rechazando bolsas plásticas si nos las ofrecen en el mercado) y por el otro intentar no acumular más residuos.

El tema de los plásticos es una parte de todo lo que conlleva el turismo respetuoso con el medio ambiente. Antes de contratar actividades es bueno evaluar qué impacto pueden tener sobre la fauna, la flora y el medio ambiente. Esta pequeña reflexión y la toma de decisiones en base a unos principios de sostenibilidad y conservación del medio, puede hacer que empresas locales aprendan a orientar sus negocios de una forma sostenible para ser competitivas.

La protección del medio ambiente se extiende al uso de fuentes sostenibles de energía en la medida de lo posible y el ahorro de agua, un bien tan escaso en gran parte del mundo.

Un pozo en Benín
Un pozo en Benín

Turismo responsable con los animales

El turismo responsable se puede extender a lo que conocemos como turismo responsable con los animales. Las actividades con animales son frecuentes en muchos países y los animales no siempre están en las mejores condiciones.

En cuanto a la fauna salvaje, también es importante tener en cuenta que nuestra observación en ningún caso puede ser algo que perturbe su vida y sus actividades. En ocasiones por contentar al turista algunos operadores (locales o no) no respetan las distancias de seguridad o las zonas protegidas. Los animales salvajes son eso, salvajes, y no deben ser perturbados por los caprichos de algunos viajeros.

Podéis leer más sobre el turismo responsable con animales en el post publicado en la asociación hace un tiempo, pero básicamente se trata de conocer un poquito el origen y el tipo de vida al que están sometidos esos animales y el impacto que tiene el turismo en sus vidas, en muchos casos miserables. Antes de viajar, podemos consultar la página de FAADA que nos da la información de las actividades con animales propias de cada país y así podemos tomar decisiones de acuerdo con ello.

Las donaciones

Entramos en un tema delicado. Cuando viajamos a países subdesarrollados no es raro que tengamos la tentación de ir cargados de cosas que nos son innecesarias para dejarlas en el lugar y así “que alguien las aproveche”. Visto así no parece algo que pueda tener una connotación negativa, incluso podríamos verlo como un acto benéfico. Pero a la hora de hacer donaciones es conveniente tener en cuenta el impacto que pueden tener éstas en la frágil economía local. Intentaremos explicarlo un poco mejor.

Si nosotros viajamos a un país cargados de, por decir algo, camisetas y empezamos a repartirlas entre los más desfavorecidos, ¿qué tiene de malo? Pues cuando vamos a analizarlo lo que tiene de “malo” es que en ese país hay personas que viven (o sobreviven en muchos casos) vendiendo ropa que en muchas ocasiones es de segunda mano ya. Si en un poblado regalamos camisetas indiscriminadamente, ese vendedor ambulante de camisetas no venderá las camisetas que tiene para vender con lo que traspasamos el problema a otra persona y perpetuamos la rueda de pobreza. Visto así puede ser que nos parezca exagerado, pero no somos los únicos que visitamos estos lugares y vamos cargados como los Reyes Magos de Oriente y la suma de muchos pocos se convierte en un mucho.

Podemos llevar aquellos objetos que nos “sobren” cuando viajamos a países subdesarrollados, pero tenemos que seleccionar muy bien dónde los damos para que se haga una gestión responsable de los recursos que llegan y se repartan entre la población más desfavorecida. Para ello suelen ser una buena opción las ONGs, las escuelas, los centros sanitarios, etc.

¿De verdad es mejor un caramelo que este delicioso mango que se está comiendo esta niña en la parte keniata del Lago Victoria?
¿De verdad es mejor un caramelo que este delicioso mango que se está comiendo esta niña en la parte keniata del Lago Victoria?

A la hora de dar caramelos a los niños, es bueno intentar que sean sin azúcar, porque una caries en según que países puede convertirse en una enfermedad grave. Pensemos que no tienen la atención sanitaria como la concebimos nosotros y una infección en un diente puede tener consecuencias fatales. Además, tenemos que tener en cuenta, cuando damos algo a un niño, que todos los niños del poblado van a quererlo con lo que podemos generar conflictos entre ellos que resultan bastante desagradables. No es infrecuente que un turista que va repartiendo caramelos y regalos, se arrepienta de hacerlo en según qué momentos porque se desatan verdaderas batallas campales.

Material escolar y fármacos

Material escolar y medicinas siempre hay que dejarlas en manos de profesionales. Así, una muy buena opción con el material escolar es comprarlo en mercados locales (en vez de llevarlo desde nuestro país de origen) y luego darlo en las escuelas para que los gestionen. Si tenemos la oportunidad, siempre es mejor dar lápices que bolígrafos y el motivo es que los lápices son biodegradables mientras que los bolígrafos son de plástico y tardan siglos en desaparecer.

Una aula de una escuela en Benín
Una aula de una escuela en Benín

Los medicamentos son algo que sí podemos dejar al volver de un viaje, pero siempre dándolos a profesionales de la salud para que los administren en las personas que realmente se pueden beneficiar de ellos. Los fármacos tienen efectos adversos y contraindicaciones que sólo pueden evaluar los profesionales de la salud. Dar medicamentos, aunque sea un simple analgésico, sin control puede hacer que agraven otras patologías con lo que no es responsable repartirlos indiscriminadamente.


Podríamos seguir durante horas hablando de pequeños actos que hacen que nuestro viaje sea responsable y seguramente nos dejaríamos muchos temas. De todos modos, es conveniente que tengamos presente el impacto de nuestras acciones en lugares lejanos y ver si éstas estarían siguiendo las pautas que marca el turismo responsable. En ocasiones nos equivocaremos, pero el simple hecho de reflexionar sobre ello hará que identifiquemos situaciones en las que nuestro impacto no es el que querríamos.

Este post ha sido escrito por Mireia, del blog La Mi voltant pel món.

La Mi voltant pel món és un blog personal de viatges en el que explico les meves experiències viatjant amb l’objectiu de fer arribar la meva passió a altres enamorats d’aquest món. Em vols seguir? Entra a http://www.lamivoltantpelmon.cat

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