Visita al Monasterio de Sant Pere de Casserres

Saliendo de Vic dirección a Roda de Ter nos disponemos a pasar todo el día de visita al Monasterio de Sant Pere de Casserres.
Por la mañana, cuando empieza a romper el día, el sol parece que no quiere salir y la niebla es el decorado predilecto en esta zona. Toda la Plana de Vic se despierta bajo esta bruma que humedece los tejados.
¿Cómo llegar?
En la BV-5213, pocos metros antes de arribar al Parador de Turismo de Vic, hay una pista asfaltada que nos lleva al Monasterio. Se puede ir hasta el centro de acogida en coche de cualquier tipo.
También se puede llegar desde un camino que sale del Parador de Turismo, con 3,50 kilómetros de recorrido por el bosque, con bonitas vistas panorámicas al pantano de Sau.
Hay que contemplar bien este paisaje, sobre todo ahora que el pantano no está muy lleno; hay que mirar las especies de cactus autóctonos y las piedras escampadas que se usaron para construir el monasterio.
Al final de la pista encontramos el Centro de Acogida, (aparcamiento, bar, tienda, restaurante, fotografías murales y mucha documentación del antes y el después de la restauración)
Leyenda en torno al Monasterio de Sant Pere de Casserres
La leyenda explica que los vizcondes de Cardona tuvieron un niño que a los tres días de nacer habló anunciando que antes de un mes se moriría, que pusieran su cuerpo dentro de una cajita y ésta sobre un caballo. Allí donde el animal se parase habían de construir un monasterio. El caballo llegó hasta una península formada por el río Ter, conocida como Castrum Sierras, donde había una pequeña iglesia dedicada a San Pedro.
Esto se supone que, según la leyenda, pasaba a principios del siglo XI.
¿Qué hay de cierto?
La vizcondesa Ermetruit de Osona-Cardona, en el año 1006, compró el dominio al Conde Ramón Borrell de Barcelona con la intención de construir allí un monasterio dedicado a San Pedro.
Los vizcondes no tuvieron más descendencia y es probable que erigieran el monasterio sobre los restos de su hijo.
A partir del 1012 empezó a tener vida comunitaria, pero los siglos XIV y XV decayó de tal manera que sólo había dos monjes. Estas propiedades pasaron a manos de particulares y, en 1991, al Gobierno, que llevó a cabo la restauración.
Actualmente el monasterio alberga una exposición permanente donde se interpreta la vida de los monjes, mediante la recreación de las salas que han conservado la misma disposición a lo largo de los siglos.
Sant Pere de Casserres es una joya del Románico Catalán
Las aguas del pantano abrazan el Monasterio que practicamente no se ha modificado como consecuencia de haber estado en pobreza permanente durante mil años.
Actualmente, ya recuperado, se muestra orgulloso de su condición de Monumento Artístico del Románico Catalán.
Lo primero que llama la atención es la escasa altura de su campanario, de sólo un piso; quizá puede ser la consecuencia de la falta de dinero.
Al entrar te invade la austeridad del románico que destaca sobretodo por una gran iglesia.
El pequeño claustro es uno de los lugares más acogedores y el silencio que te envuelve es absoluto. Damos un paseo alrededor del monasterio y enseguida vemos la espectacularidad de su emplazamiento. El río Ter, en un punto de su recorrido, parece que quiera volver atrás y se enfila hacia el norte dibujando un gran meandro y formando una larga lengua de tierra, al final de la cual está este conjunto arquitectónico.
