El Bcntb6 constó de muchas actividades y muy diversas, entre las que no podía faltar una actividad acuática. Toda la comarca del Maresme está bañada por el mar, lo que ha condicionado en gran parte su forma de vida y de entender el deporte. Por eso, cuando tuvimos la oportunidad de escoger entre hacer kayak o paddle surf en la Base Nàutica d’Arenys de Mar no lo pensamos dos veces…¡y allí que fuimos!
Paddle Surf en la Base Nàutica d’Arenys de Mar
El día de la actividad amaneció con un sol abrasador que nos sorprendió a todos, incluso a los responsables de la actividad. El sol estaba radiante, la arena quemaba y el agua…el agua era una incógnita, pero pronto saldríamos de dudas.
Para muchos de los blogueros que decidimos realizar esta actividad era la primera vez que probábamos el Kayak o el paddle surf. En nuestro caso, como ya habíamos practicado Kayak un par de veces anteriormente, nos decidimos por probar la experiencia de subirnos a una tabla e intentar aguantar el equilibrio en mar abierto. Luis, nuestro instructor, fue un excelente profesor para nosotros y nos indicó el tipo de tabla, el tamaño, como coger la pala y hasta cómo girar fácilmente. La verdad es que observando sus movimientos dentro de la base, así como su explicación clara, sencilla y directa nos fuimos más tranquilos a probar suerte en el mar.
No sin dificultades conseguimos meternos en el agua, después de esperar nuestro turno tras los kayaks de nuestros compañeros, que ya se perdían en el horizonte de la playa de Arenys. A decir verdad, navegar con la tabla de paddle surf de rodillas es relativamente sencillo. Una pala con la izquierda, otra con la derecha…y las toallas de la arena comienzan a verse cada vez más pequeñas. Pero…¿y el momento de levantarse qué? Pues sin duda es la parte más difícil.
Intentar ponerse de pie en una tabla de paddle surf por primera vez es como querer hacerlo en bicicleta sin haberla cogido nunca antes: te caes seguro. El remojón, por suerte, nos sentó de maravilla y con el paso del tiempo -en la vida nunca hay que rendirse- logramos mantenernos en pie y navegando por la costa del Maresme un buen rato (o al menos el suficiente para acabar de forma digna la actividad y con unas agujetas de la que uno puede sentirse orgulloso).
Tras más de hora y media de actividad terminamos nuestro periplo volviendo de nuevo a la Base Nàutica, en la que nos despedimos de todos los empleados. Nos marchamos muy contentos de haber probado un deporte nuevo en un lugar tan bonito y cercano a Barcelona como el Maresme. ¡Repetiremos experiencia seguro!
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