Al agua patos con Stand Up Paddel Barcelona
Qué mejor que pasar la resaca de la celebración del 4º aniversario de Barcelona Travel Bloggers que en el agua. Lo mismo que yo debieron de pensar Natalia de Volaré Viajando, Carla y Adrián de La Maleta de Carla, Gonzalo de Se Hace Camino al Andar, Raúl de Abrazado el Mundo y una servidora, Adonde quiera que vaya.
Las pintas con las que nos presentamos a la actividad eran totalmente de amateur, y las ganas creo que también, pues nos confesó el monitor de Stand Up Paddle Barcelona que no daba un duro por nosotros. Lo cierto es que yo pensé exactamente lo mismo.
La escuela de surf se encuentra en la barceloneta –justo debajo de la popular torre de Mapfre- en el meollo veraniego de la Ciudad Condal. Sus instalaciones y servicios son geniales, ya que ofrecen taquillas para guardar tus enseres, vestuarios y duchas para quitarte el salitre y resfrescarte tras una jornada al sol.
¡Vamos al lío!
1. Instrucciones antes de los culetazos
Allí mismo, en la escuela, el monitor te indica en qué posición ponerte encima de la gran y pesada tabla.
¡Piernas liguéramente flexionadas y mantenemos el equilibrio!
Para manejar y dominar al reno (pala) hay tres posiciones a tener en cuenta e introducirlo en el agua. Nos las explicó de menor a mayor dificultad, y depende la fiesta de la noche anterior pillas las posiciones antes o después. Eso sí, esto es la teoría, en el agua se aplica la frase de: “sálvese quién pueda”.
2. Al agua patos
Una vez en el agua, debes empezar a familiarizarte con la tabla. Lo mejor, antes de hacerte nada es ponerte a remar a cuatro gatas. Sé que suena mal, pero no hay otra manera. Al inicio te costará coger el equilibrio, y es normal, así que tranquilidad para los principiantes.
Aléjate de la gente que esté en la orilla, puedes provocar un accidente doméstico y no es lo que queremos. Cuando veas que estás solo, tranquilo y convencido intenta levantarte y avanzar con el remo.
Aviso a navegantes: “no te hagas el chulito porque consigas ponerte en pie, tarde o temprano caerás”. Además, los barcos, muy simpáticos ellos, te ayudarán a caer, ya que aumentan las olas y eso acelera tu caída.
Si llevas un GoPro y grabas las caídas de tus compis la actividad será más amena.
De hecho, caes a cámara lenta, y no porque lo hagas aposta. Empiezas a zambullirte, intentas mantener el equilibrio, pero tu cabeza es consciente de que en décimas de segundo tocarás el suelo. Aún así, chillas para que se entere toda la playa, la angustia desaparece y por fin sales a la superficie riendo. Y así sucesivamente.
3. Empiezan las rojeces
Cuando sales del agua estás agotado y descubres rojeces en tu cuerpo que antes no estaban. Y una de dos, o te has quemado por el sol o es por las sucesivas caídas. Depende del intenso del rojo tus amigos sabrán las veces que no has mantenido el equilibrio.
4. Al día siguiente…
Las agujetas llegan al día siguiente. Empiezas a notar malestar en músculos que ni conocías. Y la tripa se resiente del esfuerzo de subirte, una y otra vez, a la tabla y las risas. Es una actividad reconfortante, pues no dejarás de sonreír.
5. ¿Repetimos?
Después de todo… parece como si hubiésemos ido a la guerra. Aún así repetiría. Además, a mí personalmente, las actividad acuáticas me encantan, aunque no salga muy favorecida en las fotos. Para el quinto aniversario de Barcelona Travel Blogger prometo hacer correctamente la operación biquini 😉
P.D: Gracias a Stand Up Paddle Barcelona, sobretodo, por la paciencia que tuvisteis con nosotros. No es fácil lidiar con unos inexpertos “resacosos”. Nuestras impresiones fueron buenas y pasamos un rato muy agradable. Una actividad nueva para los seis que seguro repetiremos.
Author: Miryam Tejada
Website: http://adondequieraquevaya.com/
Una actividad muy interesante y divertida si se va con amigos a pasar un buen rato. Lo he pasado estupendo leyendo la entrada e imaginándome si yo lo hubiera tenido que hacer obligatoriamente, jajaja.
jajajaja nos lo pasamos bomba. Yo ya tenía ganas de probarlo y las actividades del aniversario me han dado la oportunidad. Ahora que voy a Peñíscola quizá me anime y repito.
¡Saludos!